La
Ética
es el esfuerzo
permanente y
la intención inexorable de siempre hacer coincidir
existencialmente nuestros valores colectivos mejor asumidos
y nuestro obrar
de conjunto
como sociedad histórica.
Healion,
Juan María.
Ética y proyecto nacional: una propuesta inicial.
SSGP, enero
de 2005.
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Una Gestión Pública para la inclusión
A partir del análisis del proceso descripto y sus consecuencias,
el Gobierno de la provincia de Buenos Aires decide arbitrar políticas
públicas tendientes a configurar un modelo de Estado que
atienda las necesidades y demandas de la población en general
y de los excluidos en particular.
Una primera mirada nos revelaba un horizonte temporal de tres años
de gestión* . Por esta razón, había que pensar
en acciones muy concretas, que provocaran algunos cambios postergados
y que al mismo tiempo fueran fundantes del Estado Provincial de
los próximos veinte años.
En este sentido, la apuesta fuerte de la Subsecretaría de
la Gestión Pública fue convertirse en un organismo
rector al servicio de la planificación y gestión estatal
de la provincia de Buenos Aires, que fuera capaz de orientar, acompañar
y asistir al Estado provincial en el diseño de sus planes
de acción, sus estructuras, sus procesos organizacionales
y comunicacionales, acompañando la recuperación y
el rediseño de un Sistema de Carrera Profesional Administrativa.
En esta línea, también resultaba prioritario consolidar
una política de formación de agentes públicos,
equipos de gobierno y dirigentes políticos y sociales a través
del Instituto Provincial de la Administración Pública
(IPAP).
Desde el principio se tuvo la convicción de que cualquier
iniciativa de modernización, cualquier cambio que se propusiera
en las prácticas y tecnologías de gobierno y administración,
debía colaborar con la inclusión de todas las personas,
tanto dentro del propio Estado como en el escenario social. De otro
modo, estaríamos ante un proceso de ajuste y exclusión.
Por otra parte, en relación con la recuperación de
las decisiones y la iniciativa, relacionada con la actividad de
planificación gubernamental, en ámbitos académicos
de nuestro país y de la región, como en las gestiones
del presente período democrático, la planificación
estatal relacionada con la definición de un perfil y un rumbo
a escala nacional – vinculada a lo que se conoce como
“proyectos nacionales”- ha sido un tema escasamente
abordado o ausente, cuando no anatemizado por estar asociado al
modelo de Estado centralista y a la postulación de un sujeto
diferente del mercado para la asignación y distribución
de recursos. Nos interesó retomar esta temática en
virtud de su reaparición como preocupación social
y política a partir de las experiencias de planificación
local y de las propuestas nacionales surgidas el marco de la crisis
de las instituciones de gobierno.
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“Hoy,
la tarea
del Estado es
la de renovar un Proyecto Nacional:
lo que podríamos llamar un modelo argentino para el
Proyecto Nacional”.
El Estado y el
Proyecto Nacional > |
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Nos guió como convicción que la planificación
en el ámbito público, con el enfoque estratégico
que puede adoptar, es fundante de la recuperación de la institucionalidad
estatal, dado que es el proyecto institucional –o de gobierno-
el que le otorga sentido y finalidad al Estado.
El plan es
el momento de verdad de la propuesta política, dado
que no es suficiente con la expresión global de los
objetivos generales, sino que resulta fundamental indicar
cómo van a ser realizados. |
Asimismo, la política de formación
y capacitación de actores públicos, políticos
y sociales, tuvo como principios orientadores:
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Rescatar la ética
pública, tomando como valores básicos
el bien común, la equidad y la inclusión. |
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Recuperar la identidad
como cultura de lo propio. |
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Formar para pensar y no para ser
pensado: ser un sujeto
de la capacitación capaz de generar respuestas. |
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Derrumbar mitos y apatías
aprendidas que alimentan
el descreimiento sobre la posibilidad de cambiar,
generando espacios donde poder cotejar teoría y gestión,
buscando caminos de solución. |
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Dudar de las verdades aprendidas,
especialmente
de las “verdades” sobre el Estado que circularon
en el ámbito académico y político a fines
del siglo XX. |
Trabajar en
la formación para el cambio cultural en el Estado,
implica, necesariamente, insertarla en un proceso enorme de
redescubrimiento y fortalecimiento de la identidad nacional
como cultura de lo propio, en tensión con la cultura
global y el mercado, no por oposición excluyente, sino
como posibilidad de vinculación desde nuestro espacio
nacional-regional con el mundo y no al revés.
Desde esta mirada, el cambio cultural es clave para recuperar
una mística de trabajo en el Estado que potencie su
capacidad para ser recreado y sostenido por la ciudadanía.
Documento N° 3 – Ejes y principios para orientar
el cambio cultural en el Estado. El rol del IPAP. Setiembre
de 2005.
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* La Ley de Ministerios Nº
13.175, promulgada en marzo de 2004, define
el traspaso de las competencias de la Secretaría para la
Modernización
del Estado a la Secretaria General, y la Subsecretaría de
la Función Pública, actualmente Subsecretaría
de la Gestión Pública, pasa a depender
de la Secretaría General de la Gobernación. En este
contexto, el período
de gestión de la Subsecretaría se calcula desde junio
de 2004 hasta
junio de 2007, entendiendo que el primer semestre de 2004 fue de
traspaso
y planificación y el segundo semestre de 2007 debe considerarse
un período
de transición.
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