La actividad legislativa
En un Parlamento que recuperó protagonismo, participé del debate de normas que marcaron hitos, dieron origen a nuevos actores, pusieron en cuestión estructuras obsoletas, clarificaron intereses y provocaron tensiones lógicas, propias de cuando se discute el poder y la distribución de la renta.
Además de acompañar la agenda general, representé a los bonaerenses a partir de iniciativas propias, aunque sin caer en una sobreabundancia de proyectos. Un enfoque mercantilista mide la actividad de los legisladores por la cantidad de proyectos que presentan, sin tener en cuenta la calidad y diversidad de sus acciones.
Preferí ser muy cauta en mis presentaciones, al mismo tiempo que opté por acompañar aquellos proyectos del Gobierno Nacional o de otros colegas que resultaban, para mí, gravitantes a la hora de cambiar el sistema económico y social. Cuando lo creí necesario, intervine en el debate de las comisiones y del recinto, tanto para apoyar propuestas como para sugerir modificaciones.
En este camino compartido con el bloque que integro, mi agenda giró en torno de los temas que me preocupan y ocupan desde siempre: desarrollo con justicia social y oportunidades para los más pobres, defensa del Estado, estímulo a las organizaciones sociales, defensa del territorio y sus recursos.
A fin de integrar estas preocupaciones a las preocupaciones de todo un continente, formé parte del Parlamento Latinoamericano, como vicepresidenta de la Comisión de Desarrollo Económico y Deuda Social, donde pude compartir experiencias y proyectos con colegas de América latina y el Caribe.